Un presostato acciona un contacto eléctrico para enviar una señal de alarma cuando se alcanza una determinada presión de consigna en su sensor de entrada.
Los presostatos se utilizan ampliamente para supervisar y controlar automáticamente sistemas que utilizan fluidos a presión. Algunos ejemplos son los sistemas de climatización, las bombas de pozo y los hornos. En la automatización industrial, analizan, supervisan y controlan las desviaciones del sistema provocadas por subidas de presión. En la industria de procesos químicos se utilizan a menudo para proteger las bombas de desplazamiento positivo de la sobrepresurización. También se instalan cada vez más entre un disco de ruptura y un SRV para supervisar la acumulación de presión en el espacio intermedio. Como están conectadas directamente a un panel de control, proporcionan información en tiempo real sin necesidad de inspeccionar manualmente la válvula en cada turno.
Un transductor de presión convierte la presión en una señal eléctrica mediante la deformación física bajo presión y la medición de esta deformación a través de la respuesta eléctrica.
Los transductores de presión son esenciales para la supervisión y el control precisos de los procesos industriales en los que intervienen fluidos o gases. En el control de procesos, son cruciales para la supervisión de la presión en tiempo real en tuberías y depósitos, ayudando a mantener la eficiencia de los sistemas en diversas industrias como la del petróleo y el gas, la farmacéutica y la alimentaria. En el sector de la automoción, controlan las presiones del combustible y el aceite para garantizar un rendimiento óptimo del motor. Las aplicaciones aeroespaciales también son críticas, como el control de la presión de la cabina y la supervisión de los sistemas hidráulicos.
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